lunes, 6 de septiembre de 2010

Vivir soñando, soñar viviendo..

Cuando estamos despiertos, utilizamos sólo una parte de la capacidad del cerebro.
Cuando dormimos, la situación es distinta. Durante su sueño, el cerebro trabaja más rápido. Por lo tanto, el tiempo fluye más lentamente. Cinco minutos en el mundo real seria una hora en un sueño.
Todo lo que sucede en cada capa onírica se traduce en imágenes y sensaciones dentro del espacio fisico de la misma narrativa, teniendo tambien secuelas en nuestra realidad viviente. Esto es la multidimensionalidad de la existencia.
¿Pero cómo saber que esto no ocurre también en el mundo “despierto”, que lo que hacemos en otra dimensión o en un universo paralelo no está modificando sutilmente nuestra realidad?
De una capa a otra, de la realidad a los sueños y viceversa, se puede envíar señales; señales que a veces nos afectan y señales que a veces no recordamos al despertarnos.
Los sueños no son agujeros negros en los cuales caemos mientras estamos descansando, sino puertas que se abren a nuevas ideas y pensamientos para aplicar en nuestra vida real.
Las ideas tienen poder cuando se materializan, cuando el contenido tiene un mensaje al cual llegamos por laberintos en los cuales estamos metidos constantemente para llegar a ella.
Por lo tanto una idea es el virus mas poderoso e indestructible del mundo. Comienza a crecer en el interior de la mente y poco a poco va creciendo hasta dominar complemente nuestras vidas, desde un pensamiento pequeño, hasta el sueño mas imposible de creer realidad. Por eso debemos cuidar a cada una de nuestras ideas, porque son los tesoros mas preciados que tenemos de uno mismo.

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