Nosotros tenemos la alegría de nuestros errores, tropezones que muestran la pasión de andar y el amor al camino. Tenemos la alegría de nuestras derrotas, porque la lucha por la justicia y la belleza valen la pena también cuando se pierde.
Y sobre todo tenemos la alegría de nuestras esperanzas en plena moda del desencanto. Cuando el desencanto se ha convertido en artículo de consumo masivo y universal, nosotros seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano.
Eduardo Galeano.