domingo, 29 de agosto de 2010

Desde los afectos..

Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo? Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo. Que nadie establece normas, salvo la vida. Que la vida sin ciertas normas pierde forma. Que la forma no se pierde con abrirnos. Que abrirnos no es amar indiscriminadamente. Que no está prohibido amar.
Que también se puede odiar. Que el odio y el amor son afectos. Que la agresión porque sí, hiere mucho. Que las heridas se cierran. Que las puertas no deben cerrarse. Que la mayor puerta es el afecto. Que los afectos nos definen. Que definirse no es remar contra la corriente.
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja. Que buscar un equilibrio no implica ser tibio. Que negar palabras implica abrir distancias. Que encontrarse es muy hermoso. Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida. Que la vida parte del sexo.
Que el "por qué" de los niños tiene un por qué. Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad. Que el querer saber todo de todos es curiosidad malsana.
Que nunca está de más agradecer. Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo. Que nadie quiere estar solo. Que para no estar solo hay que dar. Que para dar debimos recibir antes. Que para que nos den también hay que saber como pedir. Que saber pedir no es regalarse. Que regalarse es en definitiva no quererse. Que para que nos quieran debemos demostrar quien somos.
Que para que alguien sea, hay que ayudarlo. Que ayudar es poder alentar y apoyar. Que adular no es ayudar. Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara.
Que las cosas cara a cara son honestas. Que nadie es honesto porque no roba. Que el que roba no es ladrón por placer. Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo. Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte. Que se puede estar muerto en vida.
Que se siente con el cuerpo y la mente. Que con los oídos se escucha. Que cuesta ser sensible y no herirse. Que herirse no es desangrarse. Que para no ser heridos levantamos muros. Que quien siembra muros no recoge nada. Que casi todos somos albañiles de muros.
Que sería mejor construir puentes. Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve. Que volver no implica retroceder. Que retroceder también puede ser avanzar. Que no por mucho avanzar se amanece cerca del sol.
Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida.

Mario Benedetti

viernes, 20 de agosto de 2010

Crisis..


No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La Crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos.
La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.
Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar "superado".
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.
La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar salidas y soluciones.
Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía.
Sin crisis no hay méritos. Es en una crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.
En vez de esto, trabajemos duro.
Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

Albert Einstein

jueves, 12 de agosto de 2010

Digamosle "No" a morir lentamente..

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.

Pablo Neruda

lunes, 2 de agosto de 2010

Contradicciones..


En la gran ciudad hay millones de personas que viven, trabajan y buscan la felicidad. Y hoy en día cada vez hay menos matrimonios y gran parte de éstos fracasa en los primeros cinco años. También hay menos parejas y más personas viviendo solas. Sin embargo las encuestas coinciden: el máximo anhelo de la mayoría es encontrar el amor.
¿Por qué entonces si lo que más se desea es ser amado a veces logra todo lo contrario?
¿Es posible que lo que impide encontrar el amor sea justamente nuestra búsqueda desesperada?
¿Será posible que al estar tan ocupados en buscar perdimos la capacidad de encontrar ?
¿Será que buscamos algo que no existe ?
¿Será que vivimos el amor bajo la premisa histérica de deseo tanto y no soy deseado?
Todos somos geminianos, sujetos divididos. Queremos una cosa y somos lo opuesto. El más contenido tiene su cara desatada, y el más bueno su cara bestial. Esa dualidad nos da volumen, no somos planos de una sola cara. Una de esas fuerzas ocultas va a ganar en algún momento, y cuando pase eso se va a definir quiénes somos de verdad. A veces en el acto de odiar amamos, y en el de rechazar deseamos, porque aunque no lo soportemos somos contradictorios.
La contradicción nos mantiene vivos, nos hace avanzar.
Una parte nuestra dice si y la otra no, y en esa contradicción está la vida.