Entre siempre y jamás
el rumbo y el mundo oscilan.
Y ya que el amor y el odio
nos vuelven categóricos
pongamos etiquetas
de rutina y tanteo.
- Jamás volveré a verte
- Unidos para siempre
- No morirán jamás
- Siempre y cuando me admitan
- Jamás de los jamases
hasta la fé dialéctica de por siempre jamás
etcétera etcétera
De acuerdo,
pero en tanto
que un siempre abre un futuro
y un jamás se hace un abismo,
mi siempre puede ser
jamás de otros tantos.
Siempre es una meseta
con borde con final.
Jamás es una oscura
caverna de imposibles
y sin embargo a veces
nos ayudan con un indicio.
Que cada siempre lleva
su hueso de jamás.
Que los jamases tienen
arrebatos de siempres.
Así,
incansablemente
insobornablemente
entre siempre y jamás
fluye la vida insomne
y pasan los grandes ojos
abiertos de la vida.
Mario Benedetti
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